La intensa sequía que estamos viviendo estos últimos años ha afectado de forma muy notable a los bosques de Cataluña. Por suerte, esta última primavera ha sido generosa y hemos podido respirar un poco, ya que las lluvias que nos han traído los meses de abril, mayo y junio han aliviado la situación crítica en la que nos encontrábamos. Sin embargo, para algunos árboles, estas lluvias han llegado demasiado tarde.
Según el informe del Deboscat, en 2023 se vieron afectadas por decaimiento forestal un total de 66.500 hectáreas de bosque en Cataluña, duplicando así la superficie afectada en 2022 y estableciendo un nuevo récord que hasta ahora ostentaba 2012 con 40.000 hectáreas afectadas. Además, los datos nos indican que un 60% de las perturbaciones por falta de agua del año 22, empeoraron en 2023. ¿Qué pasará, pues, este 2024?
La muerte súbita de las coníferas y el contraste post-lluvias
La lluvia de esta primavera ha llegado demasiado tarde en algunos casos, especialmente para algunas coníferas. De hecho, en 2023, las afectaciones de coníferas ya se dispararon, cuando normalmente presentaban registros muy por debajo de los árboles planifolios afectados por sequía. Las coníferas, como los pinos, son especies que habitualmente tienen capacidad de resistir las condiciones de estrés hídrico, y pueden aguantar durante mucho tiempo las condiciones de veranos áridos y calurosos. Pero desgraciadamente muchos ya habían llegado al límite antes de la llegada de las lluvias de esta primavera y han ido muriendo a pesar de las precipitaciones registradas.
Esto nos deja con una imagen con contrastes: la lluvia ha reverdido a muchos sectores del bosque que, por contraposición, pone de relieve todos aquellos árboles que ya estaban muertos o que han ido muriendo y que ahora tienen colores marrones o grises más opacos.
Unas lluvias que no acaban de llegar al sur
Aunque las precipitaciones han sido abundantes en estos últimos meses, no han sido homogéneas. La mayoría de territorios que han visto llover esta primavera se encuentran en la mitad norte de Cataluña, mientras que en la mitad sur las lluvias han sido más esporádicas. Es cierto que el Deboscat nos indicaba que las comarcas más afectadas por sequía en 2023 se sitúan en la mitad noreste del país, (concretamente en las comarcas de La Selva, Baix y Alt Empordà, Gironès, Osona, etc). Pero actualmente, con esa disparidad en precipitaciones, las afectaciones del sur pueden llegar a empeorar más.
Fuente: Servicio Meteorológico de Cataluña.
Fuente: Servicio Meteorológico de Cataluña.
Es cierto que este inicio de verano ha sido ligeramente más lluvioso en el sur. Sin embargo, son lluvias que llegan tarde y escasas y habrá que ir viendo cómo reacciona la vegetación. Cabe destacar que en este sector del territorio se está empezando a observar decaimiento en pinos blancos (sobre todo defoliación), una de las especies de pino más resistentes a la sequía hasta ahora.
¡AlertaForestal necesita ojos en el sur!
A pesar de estas lluvias, los bosques siguen sedientos en algunas zonas. Esperamos que el agua de la primavera e inicios de verano pueda frenar el golpe de esta larga sequía con bosques reavivados por la lluvia. Pero, para saber si los bosques están aguantando o no, ¡necesitamos centinelas, en sur más que nunca!
Si este verano os movéis por las zonas forestales de Cataluña, ¡abrid bien los ojos! Haced fotografías horizontales del paisaje afectado por sequía y enviadnoslas a través de nuestra app o web-app. Colaboremos todas para cuidar de los bosques de norte a sur.