La campaña de procesionaria cierra con casi 400 imágenes por todo el territorio catalán

Ahora que llega el verano, las orugas de procesionaria ya han desfilado en sus procesiones y se escapan del calor enterradas hasta septiembre. Así pues, es el momento de cerrar la campaña de Alerta Forestal de este año sobre la plaga. Una campaña que arrancó en noviembre coincidiendo con el lanzamiento de esta plataforma de ciencia ciudadana que pretende hacer un seguimiento del estado de salud de los bosques con la ayuda de la sociedad. Gracias a las 388 imágenes de bosques afectados que se han recibido, el equipo investigador ha podido comprobar que la procesionaria hace tres años que afecta severamente a los mismos bosques de Catalunya y que ha llegado a altitudes tan elevadas como la cuenca del Varradòs, en la Val d’Aran (aproximadamente 1.130 metros).

Imagen de procesionaria enviada por la usuaria «Núria» en Argolell (Alt Urgell). Créditos: Alerta Forestal.

Por el momento, se conoce que la situación no es esperanzadora: el 42% de las imágenes recibidas corresponden a afectaciones altas o muy altas de defoliación, sobre todo en cuanto a las comarcas de Berguedà, Solsonès y Alt Urgell. Las regiones más afectadas son el Pirineo y Prepirineo, donde a pesar del frío, las procesiones no se han detenido. Son ejemplo las imágenes que se han recibido de Puigcerdà, Vielha o Ripoll.

Cabe recordar que este proceso es un ciclo: ahora las orugas se han enterrado y han formado capullos, pero una vez salgan las mariposas, pondrán huevos y ¡volverá a empezar! Mientras tanto, con la recogida de imágenes finalizada, el equipo investigador se encargará de analizarlas y compararlas con otros años para sacar conclusiones. Una tarea que no hubiera sido posible sin la participación ciudadana y el apoyo de las entidades territoriales de Catalunya.

Mapa de las observaciones por procesionaria en Catalunya. La medida de los diagramas indica la cantidad de fotos recogidas en esa comarca y los colores el grado de afectación. Crédito: Alerta Forestal.

Los próximos días se pondrá en marcha una nueva campaña de Alerta Forestal, en este caso de afectaciones por sequía. Aunque esta primavera haya llovido abundantemente y se prevea que el verano no sea demasiado seco, los bosques tienen memoria y pueden mostrar efectos de las sequías de años anteriores. Por ejemplo, es frecuente que los pinos que soportan años seguidos las temperaturas elevadas y la falta de agua muestren el decaimiento tiempo después. En estos casos, la recuperación del pinar es difícil. Por este motivo, y en vista de que el verano pasado sí fue cálido y seco, hay que prestar atención a los bosques y las zonas que presentan tonalidades marrones antes de tiempo.

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